lunes, 20 de febrero de 2012

Hipocondriaco


Los males de la gente pueden llegar a ser los nuestros. ¿Cuántas veces nos "duele" algo sólo con ver a otra persona sufrir? Y viceversa, ¿cuántas veces reímos sólo con ver a alguien hacerlo? La acción tiende a la imagen, como diría algún filósofo.
Lo maravilloso de la Medicina es sentir que puedes conseguir que alguien mejore y poder curarlo de su dolencia. Estudiar duro día a día te convierte en un profesional más eficiente y eso tiene una repercusión positiva en la gente que más te necesita en esos momentos.
A nivel personal a veces no es bueno... la hipocondría es un mal endémico dentro de la Sanidad, y saber mucho de algo puede llegar a hacernos pensar que tenemos exactamente lo que estudiamos. Recuerdo durante la carrera que para describir a la gente con trastorno obsesivo-compulsivo leía que son personas que pueden caminar por la calle buscando pisar solo un color de baldosas, necesitan volver sobre sus pasos para asegurarse de que han cerrado la puerta de la casa o deben ordenar las cosas de una determinana forma para liberar su ansiedad... "jolines" pensaba, visto así todos somos un poco obsesivos, al menos yo sí.
Aunque esos son "males menores", el saber de algo puede hacer que sientas tener cualquier enfermedad por rara que sea: un dolor de cabeza puede hacerte pensar en nada bueno, un "asterisco" en una analítica puede llevarte a consultar mil dudas a los compañeros de otras especialidades, una molestia en la tripa te hace pensar en lo peor... y normalmente, si alguien viene con esas cosas, intentas tranquilizarle y le haces entender que la hipocondría no es buena. Ironías de este mundo tan fascinante...