jueves, 18 de agosto de 2011

Cuando estás al otro lado...


No hace muchos años, unas semanas antes de iniciar mi especialidad MIR, pasé las semanas previas a empezar el trabajo estudiando, temeroso de hacerlo mal y de poner en peligro algo más que un simple expediente.
Según fueron pasando los años de residencia fui teniendo la misma sensación una y otra vez y, cuanto más me preparaba, mayor era ese miedo y la sensación de ignorancia. No obstante me alegro, pues posiblemente sea una señal de inquietud, de motivación y de ganas de hacerlo bien.

...no hace muchas semanas, con la residencia acabada, si cabe todos esos pensamientos se acentuaron mucho más al pasar de un día a otro a ser el máximo responsable de los actos de uno mismo y, lo que es peor, tener la obligación y el deber de ser el apoyo de aquellos que ahora están justo donde yo me encontraba no hace tanto.
Pienso que por más que pase el tiempo ese pálpito no va a cambiar, y siempre habrá un motivo para querer hacer las cosas mejor, siempre habrá un estímulo positivo cerca; y si no, habrá que buscarlo.

Imagino que esta misma sensación podemos extrapolarla a todos los aspectos de la vida: el hijo que se convierte en padre, el aprendiz que se convierte en maestro, el hermano pequeño que pasa a ser el mayor, el pasajero que se torna conductor. Las dudas siempre estarán ahí, tus actos y los de aquellos que aprenden de ti a su vez están marcados por la gente que te enseñó; tus dudas son las de tus mayores, serán las de tus menores. Tus miedos son el espejo de los de otras personas y serán el reflejo que otros busquen. Ser positivo, inquieto y buscar la superación personal predispondrá en el futuro a los demás.

Supongo que estas cosas se ven sólo cuando te encuentras en el otro lado...

2 comentarios:

  1. Fue, precisamente, la pérdida de esa sensación la que me llevó a volver a hacer el MIR.

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  2. Un placer recibir a la Dra Jomeini en este humilde espacio. Bienvenida

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