jueves, 13 de febrero de 2014

Mirando atrás

Estos días pienso mucho en mi vida. Pienso en la infancia y lo feliz que fui jugando en la calle, comiendo bocatas de nocilla, leyendo bajo la sábana mientras pensaba que no me veían, esperando a los Reyes Magos, escuchando historias de mis abuelos, pelándome las rodillas de tanto caerme con la bici en verano.
Pienso en la gente que me ha querido, en la familia, en las chicas que me gustaban, en la vida del cole y del Insti.
Pienso en cuando empezaba a hacerme mayor, en las noches estudiando, en mis primeros viajes, en los besos robados en un portal a mi novia, en los paseos charlando con un helado entre las manos. Pienso en el inicio del trabajo, en las nuevas experiencias, en mi primer coche, en la independencia... en mi boda.
Pienso en las obligaciones, una casa, una esposa, unos pacientes que dependen de mi...pienso en los disgustos en el trabajo, y en cómo las pequeñas experiencias que poco a poco te van curtiendo como persona te hacen superarlas, y te hacen más mayor.
Es ese camino, esas experiencias, esa vida, es el todo, lo que me lleva a hoy. Hasta este momento puedo decir que he sido FELIZ, y que deseo transmitir esa felicidad y esas sensaciones el día de mañana.
Si no pasa nada, en unos meses voy a ser padre, y me veo desde la distancia como ese niño inexperto, que tiene mucho que aprender, pero que a la vez a partir de hoy tiene mucho que enseñar. Es una vida nueva que me va a cambiar en mucho, pero que a la vez me va a dar tanto...miro todo y lo veo muy grande, demasiado grande, el mundo gira muy rápido y el entorno es hostil; sin embargo, alguien dentro de poco va a llamar a la puerta de casa para quedarse, y me va a tocar protegerlo, mimarlo y hacer que todo ese mundo sea más lento, pequeño y pausado. 
Qué difícil todo. Pero qué bonito va a ser :-)

viernes, 10 de enero de 2014

Decálogo del nuevo adjunto de anestesia



Mi corta experiencia en esto de la responsabilidad anestésica y el hecho de estar en un centro con escaso número de profesionales hace que con el paso del tiempo acabes armando una coraza a tu alrededor ante todos los imprevistos y, por qué no decirlo, ante las varias tortas (metafóricas) que me he llevado en las dos mejillas.
Las diez cosas que se me han grabado a fuego este 2013 que ha acabado son:

1- Un niño siempre hará un broncoespasmo en la educción hasta que no se demuestre lo contrario
2- Divide por dos el periodo de ayunas que te ha dicho el cirujano que cumple el paciente
3- Multiplica por dos el tiempo estimado de cirugía, así como el sangrado estimado
4- No esperes que nadie te facilite un dato relevante de un enfermo en una situación de urgencia extrema, cuando preguntes por ello
5- En una guardia come y duerme siempre que puedas; el tiempo destinado a ello es probable que estés ocupado
6- La enfermería puede ser tu aliado... o tu peor enemigo
7- Al señor Arthur E. Guedel le tendrían que haber dado el Nobel de Medicina por su inventazo
8- Pedir ayuda ante una dificultad no solo denota humildad, sino que es lo correcto
9- Al salir del trabajo, la Anestesia debe quedar dentro del Hospital, y tú fuera
10- Publica en inglés tus resultados si de verdad quieres que alguien los lea

FELIZ 2014

lunes, 18 de noviembre de 2013

5 horas seguidas

A Pedro le pesaban los párpados. No hizo falta más que 100 mg de propofol (para una persona de casi 100 Kgs) para inducirle una hipnosis rápida.  El fentanilo hizo el resto.

5 horas -me decía a mi mismo- 5 horas seguidas, aguantando. Podría haber acabado cuando él quisiera, podría haber puesto fin a su sufrimiento mucho tiempo antes, haberse dado la vuelta y volver a su casa con su pareja y niña. Habría sido tan sencillo como relajar la musculatura flexora de su musculoso brazo, y soltar la carga que pendía de él.

Quizás eso habría sido lo más simple. Y posiblemente tampoco le habrían recriminado por ello: "Tranquilo hombre, era imposible aguantar más" o "No le des vueltas", seguramente habrían sido algunas de las frases que habría oído para reconfortar su conciencia. Y en cierto modo todos habrían tenido razón.

Pero Pedro no pensó lo mismo desde el momento en que vio a su compañero resbalar a su lado por el desfiladero donde caminaba. Sus reflejos hicieron parte del trabajo, y su fuerza y paciencia el resto. Pedro aguanto 5 horas seguidas agarrando del brazo a ese hombre, con fuerza, firmeza y sin pensar en las consecuencias. Incluso cuando su hombro se dislocó siguió aferrándolo a la vida. No hubo palabras, dice, solamente miradas. No creo que merezca la pena preguntarle lo que se le pasó por la cabeza, porque realmente lo que hizo lo define en todo su ser.

"A ver si te has pasado de anestesia" Me espeta el traumatólogo tras recolocar su hombro y comprobar que la educción era lenta.
"No está anestesiado ya, simplemente está descansando" le contesto mientras colocamos el vendaje.

Señor íntegro, vida salvada. Aprendamos de ello.

martes, 22 de octubre de 2013

SOS: La Tesis Doctoral


Llevo ya un buen tiempo intentando buscar un buen tema de tesis doctoral. En este camino me he dado cuenta de lo complicado que es a veces poder investigar, porque cualquier proyecto serio requiere una inversión importante, y además los medios disponibles, y más con la que está cayendo, no lo hacen sencillo.
Así que después de mucho divagar estoy bloqueado, sin tema aparentemente interesante, y a la búsqueda de "algo" de provecho para la comunidad, y que me motive.
Así que ya sabéis, si se os ocurre un tema relacionado con la Anestesiología, Reanimación o Dolor, son bienvenidas vuestras sugerencias.

lunes, 21 de octubre de 2013

Todo por la pasta


En los últimos años nos estamos acostumbrando a escuchar las palabras "recortes" y "tijeretazo", "ajuste fiscal", "periodo de transición", "necesidad de colaborar con la situación" o "da las gracias que estás trabajando" para escudarse en la disminución de presupuestos que se está produciendo en áreas tan esenciales como las pensiones, el sueldo de los funcionarios, la educación, o en el caso que más me afecta, en la sanidad.
Pero empiezo a ver cosas que rozan lo dictatorial: imposiciones, "decretazos" en la dirección de los hospitales, negación de la asistencia a sin papeles, incluso negación de la asistencia a pacientes de otras comunidades autónomas, y es más, incluso a pacientes de la misma, pero diferente provincia. Yo esto de la cohesión no lo entiendo muy bien, pero creo que el sentido común es el más común de los sentidos.
Ahora empezamos a cobrarle a los pacientes cuando solicitan una copia de un informe de algo que les ha pasado, para entregarlo a su médico del centro de salud, para tenerlo en caso de accidente o enfermedad, o también para emprender acciones legales si entienden que deben hacerlo. Ahora se le quiere cobrar a los pacientes crónicos por tratamientos que difícilmente van a poder pagar, con las consecuencias esperables. Ahora se ofertan servicios en cartera que desde instancias superiores, siempre en silencio, se ordena que no se den. Ahora no hay dinero para operar en la púbica, pero se negocia con la empresa privada operar a los mismos pacientes pagándoles a estas clínicas en lugar de negociar con tu personal. No tengo ni idea de si existen intereses o si no, pero al menos todo esto deja un tufo bastante desagradable.
Espero que pronto empiece a imperar la coherencia. La gente se lo merece.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Anestesia y rachas



Esto de la medicina cada día te enseña algo nuevo, te hace reflexionar y muchas veces acaba dándote una dosis de humildad.
Ni cuando todo sale bien eres tan bueno, ni cuando todo sale mal eres el peor: lo importante es saber relativizar y no relajarte en el camino.
Llevábamos unas semanas en el servicio sin incidencias, y aunque no hemos parado de tener ingresos complejos todo ha ido bien. Sin embargo en los últimos días se han ido complicando las cosas y a todos nos queda una cierta sensación de desasosiego. Es la frustración de ver que pones todo tu empeño en algo que al final no va bien.
Es como uno de esos días en los que te salen a la primera los bloqueos más complejos, la intubación con fibro y las 10 epidurales de la guardia, todos nos vamos con satisfacción, y normalmente no le damos más importancia porque es nuestro trabajo. El problema viene cuando algo no sale como queremos, sin que vaya mal: nuestra profesión nos exige NO FALLAR, ser excelentes. Un fallo en otras profesiones (y no voy a nombrar ninguna) puede arreglarse con un "lo siento" "ahora lo arreglo" o "te hago un descuento por las molestias". No es nuestro caso, se nos pide la perfección, y nos la exigimos nosotros día a día.
Un paciente con un manejo impecable pero que te ha obligado a cambiar tu plan anestésico inicial porque ha habido un contratiempo a veces lo podemos ver como un fracaso, incluso aunque el resultado final sea el esperado. Vivimos en la especialidad del control absoluto, de la monitorización, de la milésima, del mililitro, del cambio sutil del tono del "bip" del pulsioxímetro...control. Y el descontrol no nos gusta.
Por eso creo que las rachas, rachas son. Cuando todo va bien debemos esforzarnos para mantener la racha, y cuando no, hacerlo con más ahínco para volver a "la normalidad" .
En fin...a estudiar.

miércoles, 17 de julio de 2013

5 de la mañana

Día soleado al otro lado de la ventana. La jornada ha transcurrido sin avisos, sin alarmas, con una tranquilidad inquietante, como si todo estuviera aletargado, esperando a que el Sol se vaya para que todo se ponga en marcha con la brisa nocturna.
Tras unas horas de estudio y algún que otro informe los párpados caen, pesan...el sonido de la nada ayuda a conciliar el sueño; es uno de esos días en que el mero hecho de estar en un lugar agota. - Creo que será mejor ir a la cama- me digo sabiendo que en una guardia hay que intentar aprovechar cualquier momento para dormir o comer a sabiendas de que en cualquier instante la calma puede ser, en realidad, el ojo del huracán en el que te puedes ver envuelto.
De repente suena el teléfono, impasible y monótono. Tres segundos bastan para que un sueño pueda convertirse en una carrera por los pasillos, para que 45 latidos por minuto se conviertan en 180, para que tu respiración se entrecorte, para que el sonido del silencio se inunde de pitos y alarmas, de órdenes, de gritos, de adrenalina.
Alguien me recuerda que nuestro trabajo es como el de los bomberos: preparados para apagar el fuego que surja en cualquier momento. - Ya quisiera yo sus turnos y libranzas- contesto mientras preparo un laringo.
5 de la mañana...noche larga en el ojo del huracán.