martes, 29 de noviembre de 2011

431


Un gramo no es nada. Es el peso de un clip, el de un billete, lo que pesa el capuchón de un bolígrafo. Es algo diminuto, despreciable, diría que casi imperciptible.
Pero un gramo es, en algún momento, lo que marca la diferencia. Es como el milímetro necesario para que dos gotas de agua acaben siendo una, la milésima que le otorga una medalla de oro al atleta o la centésima que te da la pole. Un gramo puede ser la fina línea del abismo que separa los latidos de un corazón del silencio.
431 gramos tampoco es gran cosa. Es menos de lo que pesa medio litro de agua, tres manzanas, muy parecido a lo que pesa una buena barra de pan. Pero también es mucho. 431 gramos es el peso con el que algunos niños nacen y es por tanto el peso más importante, la razón más valiosa y la motivación más profunda para luchar por alguien que acaba de venir al mundo.
Te queda un camino muy largo por delante. Espero que dentro de unos años, cuando peses cerca de 150 veces más de lo que lo haces hoy, sigas tan puro como en la foto que tus padres te han sacado.
Suerte, el camino inicial no va a ser fácil

1 comentario:

  1. A veces la vida nos puede sorprender con cosas que realmente no esperabamos que fueran a suceder. A veces pensamos que un problema no tiene solución, cuando de repente la situación da un giro de 180º. Asi de misteriosa es la vida, nunca podemos planear nuestro futuro, porque nunca sabemos lo que nos depara al final del camino.
    Un beso

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