miércoles, 28 de septiembre de 2011
Hasta siempre
domingo, 25 de septiembre de 2011
El tatuaje
lunes, 19 de septiembre de 2011
El regalo
viernes, 16 de septiembre de 2011
De decisiones, errores y vida...
lunes, 12 de septiembre de 2011
Mírale la cara
domingo, 11 de septiembre de 2011
"Echar la anestesia"
"-Oiga, ¿qué anestesia le va a poner a mi marido? La última vez le costó mucho echarla".
Normalmente con ese término se suele hacer referencia a un malestar general tras una intervención, caracterizado principalmente por sensación nauseosa con vómitos en ocasiones, y retención urinaria. También puede guardar relación con mareos, vértigos y debilidad. Con el paso de las horas los pacientes experimentan mejoría gradual de los síntomas, quedando en ocasiones una sensación desagradable.
Buena parte de estos síntomas son causados por la propia medicación empleada durante la intervención, sobre todo los opioiodes usados para tratar el dolor. La línea que divide la ausencia de dolor gracias a la medicación y el malestar por exceso es muy fina, y los anestesistas tendemos a preferir ser enérgicos para frenar el dolor, aunque cueste cierta sensación desagradable. En definitiva, que en parte es debida al intento de que no haya dolor.
Pero no sólo es eso. La propia cirugía es el estímulo más poderoso para que un paciente se sienta "regular" durante unas horas. Esto ocurre fundamentalmente en las cirugías abdominales, en las de oído y ginecológicas. La cirugía somete al cuerpo a un estímulo muy estresante que altera casi por completo el equilibrio corporal. Es, por decirlo de algún modo, como pasar una enfermedad muy intensa en muy poco tiempo. Según el cuerpo va recuperándose de la agresión va entrando en la normalidad.
Los vómitos en este caso suelen ser por la falta de movilidad intestinal, pero no guardan relación directa con la anestesia. De hecho se insiste mucho en las ayunas antes de la cirugía; porque, si no damos ninguna medicación de forma oral, ¿qué anestesia habría que "echar"?