lunes, 5 de septiembre de 2011

Gracias


Caminos cruzados.
El destino a veces traza un punto de unión entre dos líneas aparentemente divergentes, se encarga de cruzar tu vida totalmente inconexa con la de otra persona. El destino a veces hace que toda la mala suerte que alguien puede tener se equilibre con toda la buena que otra persona ese día le cede, como el mayor de los regalos.
Hace unas semanas tuvimos uno de esos días en el trabajo. Un paciente, un sangrado oculto, una cirugía "exploratoria" en busca del origen.
Todo bien...todo mal...
Todo empieza a fallar finalizando la intervención, todas las alarmas de los monitores suenan sin cesar, algo está mal. Mirada de complicidad entre los cirujanos mientras un borboteo rojo rezuma por las gomas del aspirador. Han encontrado el punto, y es más grande de lo que ninguno de allí nos imaginábamos.
El pulso se va, el latido se va, él se va... se ha ido.
No se ha ido. Todos los esfuerzos por reanimarle dan sus frutos unos minutos después y cuando todo estaba perdido, todo se ganó, como esa bola de la ruleta que en el último momento se aloja en tu casilla.
7 horas de intervención y muchos días de ingreso después está a punto de volver a casa.
...a veces ese punto entre dos líneas sirve como apoyo para que una de las líneas prolongue su camino, y él ha querido darnos las gracias hoy por ello.
Hacer tu trabajo, y hacerlo bien, es una obligación, pero a veces reconforta que te animen a seguir haciéndolo.

Gracias a ti

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