El abuelo

Los abuelos, para los que hemos tenido la inmensa suerte de tenerlos cerca, son a la vez una fuente de amor y de conocimiento. Toda su vida se convierte en un diccionario abierto, todas sus experiencias se tornan en la moraleja de la historia que para ti es nueva, toda la calma que transmiten es el resultado de haber sabido lo que es de verdad inquietante, y lo que no. El cariño que nos tienen es en parte el que no pudieron darle plenamente a nuestros padres cuando eran más jóvenes y otras ocupaciones los abordaban, y en parte fruto de la liberación, de no tener que ser dogmático con nosotros; simplemente quieren hacernos disfrutar.

Recuerdo, unos días antes de la despedida de mi abuelo de este mundo que, cuando hablaba de sus hijos mencionaba que tenía cuatro, cuando en realidad son tres: ese cuarto hijo, sin más misterios, era yo. El recuerdo, ese detalle, me ha quedado grabado para siempre y no es más que el corolario de una vida plena dedicada a su familia.

Fruto de ese amor y ese cariño he recibido muchísimas enseñanzas de ellos, y espero que por muchos años más puedan hacerlo.

Me encantaría que llegaran a la edad de este señor, pero su filosofía es la misma:

PD: gracias Raquel por el enlace. Espero que Coca-Cola no se aconstumbre a esta publicidad gratuita ;-)